Pascualini (@universa.emergida) nos recibe completando de poesía la edición núero seis: poesía porosa, llena de imágenes y tensión, con fantasías inundadas de delirio y soledad, tal como nos gusta. Nos muestra su lado más romántico y delirante en ocho poemas de amor y desamor en ciudad.
sentí poder
después espanto
La violencia de una estatua, Flavia Calise
alguien dijo bronca Buenos Aires
golpeé el asiento
en señal de protesta
rompí la birome negra
toda mi casa es la cueva de un pulpo
arrepentido
el escándalo sin nadie
nadé hasta el fondo
esperé
que vinieras a buscarme
pedí perdón por gritar en la calle
disparé
para ver el gesto
inicié una guerra
por la chica que te gusta
mordí un corazón
mastiqué sin asco
odié por la pavada
insulté para no sentir
la peor persona del mundo
dijo que me amaba y pensé en un país
ganando la guerra
el pueblo en la plaza decorada
hombres sin enterrar en la isla
sobreviví y no sé cuál es el premio
¿alguna vez se curarán las heridas antárticas?
no alcanza con decir estrés post-traumático
vivo en un mundo
no te puedo derrocar con el país dormido
estoy descompuesta
construyeron sobre mí una morgue
primero estuvo la huida
recordás la noche previa al auto saliendo del garage
un beso con la luz apagada
una casa en la costa donde esconderme
dormí días enteros
dije tranquila
no preguntaste dónde estaba
no viste la ruta de vuelta
como un cañón largo
ni la pampa húmeda
el detalle de mi sien
no quise llenar la cama
de algo que no sale
tuve la sensación eléctrica de haberlo arruinado todo
negué la ternura
de la foto en la terraza
no sé qué es ser poderosa
el don de un tanque de guerra
elevado
cargado de hombres
entrando en la ciudad
apunté a tu boca después
entre los ojos
mi enemigo tiene el rostro desfigurado
y una casa vacía
alguna vez fui su amiga.