En este poemario, bajo una tranquilidad teñida de claroscuros y una violencia contenida, Fia nos involucra con su mirada aguda y su decir implacable en cuadros de una vida que transcurre. Campo, río, casa, hambre, desidia, una madre despacita y un padre que acecha, perros, niños, el ciclo de los días y una luna que se impone. (Iris Marina Castelló).
Mi papá parece un sapo plancha su torso en la reposera su panza se pliega sin respirar en treinta formas distintas de rollitos. como un acordeón cada vez que se levanta toma aire canta un ritmo tropical dentro de este desierto en esta casa que es nuestra.
Sale el sol comienza el amanecer. Las nubes blandas a las once se retuercen ágilmente para un lado y el otro entre su círculo entre su mugre bebés enjugándose en una bañera. Así son los perros cuando buscan su cola terminan enrollándose hasta dormirse porque es día y la noche se cuida sagaz.
A la tarde después del mediodía de las doce junto al mate y el termo y el azúcar y la yerba y los carbohidratos nubes cristalinas y diáfanas vemos diamantes en la punta se delimitan unas con otras, enroscándose límites blancos y grises son ratas escapando de la escopeta de mi padre. Excepto cuando cae la noche. una cortina cuando corre a la luz. Cae la noche como pega un disparo. Un pasillo oscuro. Un tiempo irreal sublime ciego.
Mi papá panza para arriba a la tarde junto al sol opaco blanco y La Luna que espía en la frente del cielo. El río que es quieto y frío baja el aire muerto esa borrasca que sólo sucede si el río se presta a la espalda de mi padre cuando es de tarde. Cuando no hay murmullo en la naturaleza ese tiempo imposible irresoluto virgen de mi padre flotando.
Se apagan las luces. Es de Noche. Los perros despiertan. El cielo es carne cruda. La luna reamarilla tiene aspecto aniquilado las nubes la ocultan y la tranquilidad lleva un francotirador en el brazo.
Mi padre: el último hombre en dormir. Se queda hamacado junto a la puerta y la reposera junto al silencio un arma letal para cualquier amenaza detrás de una planta. Incluso ella. La Luna. Se oculta se asemeja se mantiene tranquila es sumisa y obediente frente a mi padre que puede martillar cualquier cosa con las manos.
Pascuas otra vez en esta casa. Mi madre prepara una rosca de pan dulce almíbar en la corteza llovido de copos de azúcar se derriten al sol.
La corriente del río baja. Mojo mis pies el agua me franelea sin querer soltarme la presión que sube viene de los cerros de enfrente. Mi padre amanece. Mi madre ceba el mate junto a la rosca. Mis hermanos comen la miga del pan dejan la corteza en forma de cascarón roto. El aroma seco. ¿No es raro vivir en frente de un río que no humedece la tierra? Pará Niña, devuelve mi padre. Y ella calla. Pobrecita mi mami pienso dentro de mi cuerpo. La noche revienta en el cielo con su honda oscuridad.
Planifico potente caminar en círculo para largar la tensión corporal me agacho y enseguida subo de un salto toco el cielo me embarro las piernas sudo muerdo los dientes quito me baja y viene un chucho de frío salvaje me tranquilizo estoy en medio del yerbal reseco en la noche. Ahora mi padre espera en la puerta de la casa con un francotirador y balas sobre la mesa de vidrio donde mi madre ceba el mate apenas sale el sol. El perro se desenrosca serpenteante, y alza la cabeza rompiendo el hielo. Qué zorro! dice Niña mirá cómo duerme y cómo come él nomá! Mi padre quiebra el aire con las manos -su mirada que sostiene dentro de una musculosa blanca- es sucio.
Puta que somos demasiado hermanos. Mi madre lo previó y preparó dos roscas. Esta mañana sirvió la segunda. Junto a la yerba matutina bamboleó la calabaza y puso primero poco de agua fría segundo agua caliente casi hirviendo. Qué zorra está caliente chiva el loco. Mi padre agarró un balde y un cuchillo Tramontina. Cruzó al río y fue a pescar. Regresó de inmediato. Mi madre vio su cara levantó su cuerpo de la silla como si alguien más lo hubiera hecho por ella. Vió en la cara de mi padre algo nuevo. El río está secándose, dijo la pobre.
Mis hermanos siguieron jugando como si el ruido de las chapas de sus coches en la tierra muerta oxidada de este lugar tapara sus voces. Fuí y mojé mis pies para que el agua helada enfriara todo mi cuerpo Siento que todo me arde en este río digo en voz alta. Mi padre estaba en la casa junto a mi madre. Dejé caer mis ojos para no revelar mi mirada y ver mis dedos pequeños y gordos y marrones y el sol nutriéndolos de vida a los pobres que siempre andaban de acá para allá. El agua ya se podía ver transparente a pesar del barro y sólo me chupa los dos empeines patones. La Noche habla cada vez más en este lugar. Los grillos. Las moscas. La corriente del pequeño casi nulo río.
Las estrellas son copos de azúcar brillantes. La Luna es joven, bonita, triste y trasera. Mi madre duerme detrás de la ventana del cuarto mi padre está acá conmigo con francotirador en mano apoyado en la punta de la baranda del patio y un vaso de agua en la otra derrumbando toda agua viva. Termino la última rodaja de pan seca que sobró de la rosca de pascua. La fe puesta en esta noche y dos tiros matarán algo.
Sale el sol fuerte naranja polvoriento. Mi padre tiene los ojos negros dos gatillos del mismo arma. Mi madre está amasando nuevos panes, mis hermanos juegan dentro de la casa. La mañana despierta con olor a bosta esas ganas de embarrar el aire caliente con mierda de perro del desierto. En busca de alguna novedad mi padre y yo caminamos hasta el río. Una mirada que ya fue resuelta en su rostro curvo y colosal con los poros desflorados como una extensa noche estrellada en todo él. Sus ojos se abren con sorpresa y mira: un banquete de peces muertos nos espera sobre la tierra hueca a tres pasos del río. Mientras tanto el sol quema nuestras pieles crocantes frías ya. Él muestra sus dientes sonríe su cuerpo se tensa le corre sangre con mercurio por todo el cuerpo. Lo pellizca el pico de un ave y puede enrollar su lengua marcándolo. Él me mira.
Un olor putrefacto llega a nuestras narices nos rodea uno por uno. Un aliento sublime a mala muerte hay aquí en este lugar pero a su vez siento perfumes que miran de cara a la hambruna de este desierto que por primera vez nos entrega comida fácil. Chica, tengo miedo. las ramas secas la tierra que vuela nuestra ropa se la quiere llevar el viento la música de los animales moviéndose la batería de la luz. Soy una gran puta máquina de estrellas estoy como roca la vista me promete romántica veo las micropartículas subdivididas a nano partes interespaciales, me fijo, los perros mi padre duro doble penetración. Aquí Hay Comida Gratis. Dijo él. Niña debe ver esto trajo parasitado de fragilidad pero del otro lado de su cara. Veo una malicia que entra por mis orificios como un aire intransable. Chau
Ya me entró y recorrió todo mi cuerpo. Se revuelve la saliva al costado de mis cachetes flacos y flácidos de un contenido espeso pastoso y rudimentario solamente salado. Sabor a pescado frito me revuelve el estómago pierdo el apetito. ¿Sabe qué? esto jas ta jodido apesta a mierda se rebalsó vase un problema la contaminación de cadáver pacá. Chanta mentiroso.
Pienso sólo pienso. No me atrevo a contestarle. Mi padre lleva encima un aspecto desquiciado. Su nariz montañosa su pelo azabache todos sus ojos profundos acalambrados un transa. Dice podemos ponerlos en el freezer hasta acabarlos venderlos por mi trabajo tu madre venderá más pan sigue hablando la lengua interfiere se le escapa de la boca las ideas se le van de las manos. Mientras OJO X OJO DIENTE X DIENTE memorizo lo que escribo en la escuela. Rezo rezo por mí. De las causas justas y urgentes, ayúdanos en esta hora de aflicción y desesperación, intercede por mi ante nuestro Señor Jesucristo, xfas, tú que eres un Santo guerrero, tú que eres el Santo de los desesperados, tú que eres el Santo de las Causas Urgentes, tú que alejas a quienes quieren dañarnos, ayúdame, dame fuerzas, coraje y serenidad. Protege a mi familia, como lo haces con la Juventud, los enfermos, el trabajo, los negocios y juicios. Atiende Mi Pedido xfas. También cuídame al perro. Jas ta jodido. Pienso lio. Esto va se un problema tanta abundancia esta casa este lugar.