Nuevamente, la poesía de Raskovsky nos encanta con sus versos implacables. Porque eso es lo que hace ella, encantar, ser agradable y ser fantástica en pocas palabras.
como la madre a la que el niño le llora todo el día desgarrado y no se le suelta de la teta como la madre que ahoga a sus hijos en el río para salvarlos de las malezas del mundo huerfanándome